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MEDIOAMBIENTE ARTÍCULOS

 
El gasto desmesurado

De electricidad

Nos podemos dar cuenta a poco que nos preocupemos, del gasto innecesario que supone una o varias luces encendidas sin necesidad durante unas horas, no sólo económico. Si reflexionamos un poco nos daremos cuenta de que de esta manera estamos demandando mas energía de la necesaria, para lo cual se tiene que producir mas y por lo tanto contaminar mas. Todos sabemos que la energía eléctrica sale de las centrales térmicas, obtenida de la combustión de carbón y derivados petrolíferos, muy contaminantes, así que a más gasto, más producción y más contaminación.

De agua
Podemos decir que el sistema de aguas es bueno, bueno entre comillas, porque lo que es el sistema de pulsadores esta bien pensado para lo que es un racionamiento de agua, pero lo que se ahorra por un lado se desperdicia por otro. Los lavabos por ejemplo no disponen de tapón para realizar un afeitado sin necesidad de tener que estar constantemente pulsando lo cual supone un despilfarro de agua grande. En la ducha pasa algo parecido, lo que en un principio es un buen sistema de ahorro, se ve mermado por una falta de preocupación por parte del sistema y mandamases. Cada tres pulsaciones de agua sale solamente una caliente, desperdiciándose y dejando correr las otras dos restantes, así que aunque los sistemas de regulación de salida de agua sean buenos, también tiene que estar bien reglado para su finalidad que es la de ahorrar agua. La conclusión es que se desperdicia agua en gran cantidad.

Selección de basuras
Aquí en prisión se generan muchos tipos de desperdicios distintos. Por un lado están las materias orgánicas, que se pueden utilizar fácilmente para la producción de compost y dicha materia se va con todo mezclado. Lo mismo pasa con el papel, que no se separa para su posterior reciclado, otro tanto para con las latas, briks, plásticos, y lo más contaminante de todo, las pilas con gran contenido de mercurio y demás productos altamente tóxicos.
La administración del centro, tendría que dotar el mismo de contenedores especiales para este fin, sin necesidad de ni siquiera de planteárselo.

Jonathan García Justel
El protocolo de Kioto

¿Se aplicará el protocolo?
Los países industrializados acordaron en la ciudad japonesa de Kioto reducir en un 5,2 % las emisiones contaminantes entre los años 2008 y 2012 respecto a los niveles registrados en 1990. El compromiso se adopto el 11 de diciembre de 1997, pero no se podía poner en marcha hasta que lo ratificara un número responsable de al menos del 55 % de las emisiones de CO2 en el mundo.
Finalmente Rusia apoya el acuerdo, con lo que se sumará a los 121 estados que ya lo han hecho. El nivel de contaminación de todos ellos se situarán el 61,6 %. Y ello, pese a la oposición de Estados Unidos, responsable del 36,1 % de las emisiones de CO2 producidas en 1990, año de referencia utilizado en el protocolo para establecer la emisión de gases.

¿Qué impacto tendrá en España?
El compromiso de nuestro país es sólo aumentar las emisiones de CO2 como máximo un 15 % hasta 2012, respecto al nivel de 1990. Sin embargo, la lenta adaptación de las empresas y el fuerte crecimiento económico han impulsado la contaminación. El coste será elevado. Solo la compra de “derechos de emisión” por superar el límite de contaminación autorizado supondrá, según la consultora que ha hecho el estudio, Price Waterhouse Coopers, un coste de 2400 millones de euros al año. El gobierno español y, en concreto la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, ha estimado en 85 millones de euros anuales el coste del Protocolo para España entre 2005 y 2007.
Cifras hay para todos los gustos: el sindicato Comisiones Obreras, por ejemplo, considera que España deberá comprar cada año, durante todo el periodo 2008-2012, derechos por valor de 113 millones de toneladas de CO2 que podrían costar entre 825 millones de euros, a un precio de 11 euros por tonelada, y 2400 millones de euros, a 32 euros por tonelada.

¿Qué son los derechos de emisión?
Los países ligados a Kioto disponen de un Plan Nacional de Asignación de Derechos de Emisión (PNA) que establece el nivel máximo de la contaminación de cada sector. Las compañías que superen el límite se verán obligadas a comprar “derechos de emisión” a otras empresas que contaminen menos de lo estipulado en el protocolo. Eso supondrá un coste económico para las empresas con mayor nivel de emisiones, que podrán negociar la compra de derechos en una Bolsa especial a partir del 1 de enero de 2005.

¿Los sectores más afectados?
El esfuerzo se concentrará en actividades que representan tan solo el 45 % de las emisiones en España, es decir, en las empresas eléctricas, cementeras, papeleras, siderúrgica, refinerías o azulejeras.
Entre estos sectores, la producción de cemento la industria química y siderúrgica supusieron mas del 7 % de las emisiones de dióxido de carbono en España durante 2002, con un aumento del 24 % respecto a 1990, año de referencia en el Protocolo.
Respecto al coste de adaptación para la industria eléctrica, hay disparidad de criterios: mientras Endesa cree que seguir el plan de Iberdrola supondría un coste de 1200 millones de euros al año para el sector, Iberdrola estima que hacer lo propio con el de Endesa tendría un impacto de 9500 millones de euros entre 2005 y 2010.

¿Y los excluídos?
El transporte, que acaparó el 24 % de la contaminación por CO2 en 2002, un 60 % mas que en 1990 no ha sido incluido en la directiva europea, dado que se considera más complicada su adaptación a las exigencias. Lo mismo sucede con la agricultura y la ganadería, responsables del 11 % de las emisiones de CO2 en España durante 2002. Pese a ello, el Gobierno español se ha comprometido a reducir el nivel de contaminación de estos sectores.